La Batalla de Chacabuco fue una decisiva contienda de la Independencia de Chile en la cual combatieron el Ejército de los Andes y el Ejército Realista, resultando en un firme triunfo para el bando independentista. Tuvo lugar el 12 de febrero de 1817, en la Hacienda de Chacabuco.
Luego del Cruce de los Andes las fuerzas patriotas dirigidas por José de San Martín marcharon por la ladera poniente del macizo, llevando consigo las piezas de artillería, alimento y ropajes.
Debido a la dispersión de sus fuerzas, a Francisco Casimiro Marcó del Pont, se le hizo muy difícil reunir un ejército, el que finalmente sería de 1.500 hombres.
Debido a la dispersión de sus fuerzas, a Francisco Casimiro Marcó del Pont, se le hizo muy difícil reunir un ejército, el que finalmente sería de 1.500 hombres.
Tras reunirse el 8 de febrero en el Campamento de Curimón las columnas que cruzaron los Andes, se resolvió atacar en la madrugada del día 12. Con el fin de emplear una táctica de pinzas por el frente y la retaguardia, se dividieron a las tropas disponibles en dos:
La división al mando de Miguel Estanislao Soler que debía atacar por el oeste, estaba compuesta por los batallones 1 y 11, las compañías de granaderos y volteadores de los batallones 7 y 8, el escuadrón escolta, el escuadrón 40 de granaderos y 2 piezas de artillería.
La división restante estaría al mando de Bernardo O'Higgins y debía atacar por el este; estaba formada por el resto de los batallones 7 y 8, los tres escuadrones restantes de granaderos y 2 piezas de artillería.
Mientras Soler rodeaba a los realistas, O'Higgins avanzaba por Cuesta Vieja, en dos columnas, enfrentándose con los adelantados realistas hasta encontrarse frente a frente con el grueso del ejército realista, por lo que decidió avanzar hacia el cerro Los Halcones y desplegar allí sus fuerzas, al tiempo que despachaba un mensajero para informar de la situación al general San Martín.
Ante la situación adversa y al no recibir respuesta, a las 11:45 ordenó a la infantería cargar a la bayoneta, apoyada por la caballería del coronel José Matías Zapiola. Los realistas vencidos en esa colina retrocedieron rodeando un paso donde la caballería española atacó a la chileno-argentina, pero la caballería patriota venció rápidamente, reagrupándose las fuerzas de O'Higgins en un paso marcado por dos colinas a los costados.
Desobedeciendo las órdenes de San Martín de no comprometer fuego, O'Higgins atacó dos veces a los realistas sin éxito, en la segunda vez sus fuerzas comenzaron a dispersarse, pero cuando San Martín llegó finalmente y encontró este panorama, ordenó a O'Higgins que reagrupara todos los hombres que pudiera, y atacara los 3 flancos del frente español situados en colinas. Librada aquella acción, la división de Soler arribó a las 13:30 consolidándose así una aplastante victoria a favor de los patriotas, al atacar los refuerzos la retaguardia española.
Luego de 10 horas de batalla, mientras los patriotas tuvieron 12 bajas y 120 heridos, los realistas sufrieron más de 600 bajas, la captura de 500 prisioneros, 1.000 fusiles, 5 piezas de artillería, 1 bandera y muchas municiones.
La división al mando de Miguel Estanislao Soler que debía atacar por el oeste, estaba compuesta por los batallones 1 y 11, las compañías de granaderos y volteadores de los batallones 7 y 8, el escuadrón escolta, el escuadrón 40 de granaderos y 2 piezas de artillería.
La división restante estaría al mando de Bernardo O'Higgins y debía atacar por el este; estaba formada por el resto de los batallones 7 y 8, los tres escuadrones restantes de granaderos y 2 piezas de artillería.
Mientras Soler rodeaba a los realistas, O'Higgins avanzaba por Cuesta Vieja, en dos columnas, enfrentándose con los adelantados realistas hasta encontrarse frente a frente con el grueso del ejército realista, por lo que decidió avanzar hacia el cerro Los Halcones y desplegar allí sus fuerzas, al tiempo que despachaba un mensajero para informar de la situación al general San Martín.
Ante la situación adversa y al no recibir respuesta, a las 11:45 ordenó a la infantería cargar a la bayoneta, apoyada por la caballería del coronel José Matías Zapiola. Los realistas vencidos en esa colina retrocedieron rodeando un paso donde la caballería española atacó a la chileno-argentina, pero la caballería patriota venció rápidamente, reagrupándose las fuerzas de O'Higgins en un paso marcado por dos colinas a los costados.
Desobedeciendo las órdenes de San Martín de no comprometer fuego, O'Higgins atacó dos veces a los realistas sin éxito, en la segunda vez sus fuerzas comenzaron a dispersarse, pero cuando San Martín llegó finalmente y encontró este panorama, ordenó a O'Higgins que reagrupara todos los hombres que pudiera, y atacara los 3 flancos del frente español situados en colinas. Librada aquella acción, la división de Soler arribó a las 13:30 consolidándose así una aplastante victoria a favor de los patriotas, al atacar los refuerzos la retaguardia española.
Luego de 10 horas de batalla, mientras los patriotas tuvieron 12 bajas y 120 heridos, los realistas sufrieron más de 600 bajas, la captura de 500 prisioneros, 1.000 fusiles, 5 piezas de artillería, 1 bandera y muchas municiones.
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