La batalla de Yerbas Buenas se desarrolló en el proceso de Independencia de Chile la noche del 26 de abril de 1813. También se le denomina Sorpresa de Yerbas Buenas.
En la batalla se enfrentaron las fuerzas chilenas al mando del coronel Juan de Dios Puga y las fuerzas españolas al mando del brigadier Antonio Pareja.
La batalla comenzó cuando en medio de la noche las fuerzas del ejército patriota se dejaron caer sobre los soldados españoles que acampaban en el poblado de Yerbas Buenas, cercano a Linares.
Al principio la oscuridad favoreció a los chilenos, que crearon desconcierto en las tropas españolas, dando casi por ganada la lucha, capturando parte de la artillería realista incluyendo al oficila al mando de las baterías. Pero con la claridad del día los españoles se dieron cuenta de la posición del enemigo y se lanzaron a la carga. El resultado fue desastroso para los chilenos. Un tercio de los hombres patriotas murieron, entre los cuales se encontraban el teniente Enrique Ross y el mismísimo coronel Juan de Dios Puga. Las bajas de los realistas no llegaron a 180.
A duras penas los sobrevivientes, dirigidos por el capitán Santiago Bueras, lograron escapar del ataque español y llegaron a la base de Talca a informarle al general José Miguel Carrera que las fuerzas españolas estaban aproximándose a ellos.
El general Carrera ordenó silenciar la noticia y maquillar los reportes del número de bajas para no causar repudio a su mando en la guerra por parte de sus adversarios políticos en Santiago.
En la batalla se enfrentaron las fuerzas chilenas al mando del coronel Juan de Dios Puga y las fuerzas españolas al mando del brigadier Antonio Pareja.
La batalla comenzó cuando en medio de la noche las fuerzas del ejército patriota se dejaron caer sobre los soldados españoles que acampaban en el poblado de Yerbas Buenas, cercano a Linares.
Al principio la oscuridad favoreció a los chilenos, que crearon desconcierto en las tropas españolas, dando casi por ganada la lucha, capturando parte de la artillería realista incluyendo al oficila al mando de las baterías. Pero con la claridad del día los españoles se dieron cuenta de la posición del enemigo y se lanzaron a la carga. El resultado fue desastroso para los chilenos. Un tercio de los hombres patriotas murieron, entre los cuales se encontraban el teniente Enrique Ross y el mismísimo coronel Juan de Dios Puga. Las bajas de los realistas no llegaron a 180.
A duras penas los sobrevivientes, dirigidos por el capitán Santiago Bueras, lograron escapar del ataque español y llegaron a la base de Talca a informarle al general José Miguel Carrera que las fuerzas españolas estaban aproximándose a ellos.
El general Carrera ordenó silenciar la noticia y maquillar los reportes del número de bajas para no causar repudio a su mando en la guerra por parte de sus adversarios políticos en Santiago.
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