Manuel Francisco Antonio Julián Montt Torres (Petorca, 4 de septiembre de 1809 — Santiago, 21 de septiembre de 1880)fue el Presidente de Chile entre 1851 y 1856, siendo reelegido inmediatamente por un segundo periodo entre 1856 y 1861. Perteneció a la emblemática familia Montt.
Durante su período se produjeron dos hechos que buscaron romper la institucionalidad republicana, al inicio de su gobierno ocurrió la revolución de 1851, siendo sofocada en la batalla de Loncomilla, y más tarde la llamada Cuestión del Sacristán, que provoca que muchos conservadores se alejen del gobierno uniéndose a los liberales en la Fusión Liberal-Conservadora.
Elección presidencial de 1851
Montt trabajó para el Presidente Bulnes, siendo su mano derecha, ganó su confianza, convirtiéndose luego en el candidato oficial del Gobierno del Presidente Bulnes.
El presidente Bulnes, para asegurar la elección de Montt, envió instrucciones a todos sus intendentes, asegurando que Montt era el único candidato que ofrecía al país “garantías positivas de orden y estabilidad". El grupo conservador redactó un manifiesto sobre los desarrollos de Chile en los últimos 20 años. En la prensa, le apoyaban el diario La Tribuna y por El Mercurio, además de contar con las redacciones del amigo de Montt, Domingo Faustino Sarmiento.
La oposición compuesta de grupos liberales y ultraconservadores, se unieron con el candidato conservador de Concepción, el general José María de la Cruz, atacando al candidato gubernamental por todos los medios posibles y presentado una futura victoria de Montt como “la pérdida absoluta y perpetua de la libertad y de la república”.
Montt, gracias al apoyo de su grupo político y al aparato del estado, pudo ganar en todo el país, con la excepción de Concepción. En esta ciudad las familias conservadoras dirigentes, vinculadas con los grandes latifundios y ganaderos y encabezadas por el clan Vial veían como una amenaza y pérdida de poder la llegada de un nortino a la presidencia, que contaba con el apoyo económico de sectores industriales, mineros emergentes, razón por la cual iniciaron protestas y acusaron fraude electoral.
Revolución de 1851
Al inaugurar su mandato el 18 de septiembre de 1851, se recibieron las noticias de que La Serena estaba en revuelta. Esta rebelión había comenzado el 7 de septiembre por los liberales, quienes se apoderaron militarmente de la ciudad, e iniciaron una expedición militar camino a Santiago, pero que sólo llego a Illapel. En otra expedición, las fuerzas rebeldes se enfrentaron a las del gobierno comandadas por Juan Vidaurre Leal, tras lo cual este último inició un sitio de La Serena.
Los eventos del norte no tuvieron tanta gravitación como lo que ocurría en el sur de Chile. Los revolucionarios declararon el día 13 de septiembre “usando los imprescriptibles derechos de la soberanía del pueblo, declaramos roto el pacto social, reasumiendo nuestros poderes y retirando los que habíamos delegado en las autoridades establecidas en la constitución de 1833.
Para reprimir la rebelión, el general Bulnes, con un ejército de 3300 hombres, inició la marcha hacia el sur, y tras un enfrentamiento de caballería poco decisivo en Monte de Urrúa el día 19 de noviembre, se enfrentaron las fuerzas del gobierno y los rebeldes el 8 de diciembre en Loncomilla. Probablemente fallecieron unos 1800 soldados, y si bien técnicamente ninguno de los dos bandos obtuvo una victoria absoluta, el general de la Cruz, que comandaba el ejército rebelde, decidió negociar con su primo Bulnes. El 16 de diciembre firmaron el tratado de Purapel, en que a cambio de la rendición de De la Cruz y el reconocimiento de Montt como presidente, se permitiría a los soldados rebeldes reingresar al ejército nacional con sus rangos y posiciones inalteradas, además de una promesa de Bulnes de intentar lograr una amnistía. La noticia de la rendición produjo la desorganización en la revolución de La Serena, tomando las tropas leales al gobierno la ciudad el 31 de diciembre.
Presidencia
Montt y su ministro del interior Antonio Varas se alejaron de la política tan conciliadora de Bulnes, extendiendo los poderes de emergencia del presidente por un año más, y dando de baja a numerosos oficiales que participaron en la revolución.
En elección de diputados y senadores de 1852, los opositores no concurrieron a las urnas, por lo que los conservadores ultramontanos ejercieron tal presión que el gobierno apenas pudo controlar las listas de candidatos.
Existió otro amotinamiento el 11 de septiembre de 1852, pero de carácter más económico que político, que fue rápidamente sofocado, fusilándose al cabecilla y a siete de sus secuaces.
Dentro del grupo de gobierno, se empezaron a vislumbrar las fisuras entre el grupo más apegado a la iglesia y el más cercano al gobierno. Uno de los primeros choques fue con el ministro de justicia Fernando Lazcano Mujica, que quería que el clero controlase el Instituto Nacional, lo que no causo más que problemas, por lo que Montt lo reemplazo, a pesar de que los ultramontanos querían su retención en el gabinete.
Otro punto de confrontación fue la repartición de los cargos públicos, en que se privilegiaba la competencia de las personas en vez del privilegio de las conexiones familiares, ascendiendo así una numerosa cantidad de hombres nuevos, con el correspondiente malestar de los grupos más aristocráticos y conservadores, quienes veían en ello la formación de una plataforma política personal para Montt y Varas.
El problema principal de este enfrentamiento era el poder de patronato que ejercía el gobierno sobre la iglesia. El Vaticano nunca había aceptado esta situación, y esta postura tuvo su adalid en el arzobispo de Santiago Rafael Valentín Valdivieso, quien empezó a objetar los poderes eclesiásticos de facto que ejercía el gobierno.
En las parlamentarias de 1855 la oposición presento lucha, logrando algunos escaños como minoría. El grupo conservador, del que ahora se vislumbraban los futuros grupos ultramontano y del partido nacional, seguían dominando el parlamento.
Durante su gobierno se construyeron carreteras, puentes y líneas ferroviarias en el trayecto de Valparaíso-Santiago y Santiago-Rancagua, anteriormente Bulnes construyó la primera línea ferroviaria de Chile, y una de las primeras en Sudamérica, en el trayecto de Caldera-Copiapó, se establecieron los primeros bancos y la Caja de Crédito Hipotecario.
En el plano Científico, construyó un centro Astronómico y dejó a cargo del Museo Nacional a Rodulfo Amando Philippi.
En el área Judicial, se elaboró el Código Civil, obra de Andrés Bello, una de las bases del actual sistema jurídico de Chile.
Montt estaba principalmente interesado en la educación y creó muchas escuelas básicas, cuando asumió existían 186, y en el término el número ascendía a casi 600. Puso énfasis en la creación de cursos de perfeccionamiento para profesores. Durante su mandato fue inaugurada en 1853 la sección femenina de la Escuela Normal de Preceptores.
Comenzó la colonización del sur de Chile por parte de alemanes, a los cuales se les incentivo con ayuda económica, 5 años después de su llegada, los alemanes ya estaban siendo un aporte a la economía Chilena.
El 12 de febrero de 1853 se fundó Puerto Montt, en honor al Presidente, para poder enlazar Valdivia, Chiloé y Osorno.
Crisis del Gobierno de Montt
Tras la división de la aristocracia pelucona, en nacionalistas (montt-varistas) y conservadores, lo cual provocó la falta de apoyo para Montt y su sucesor elegido, Antonio Varas, sumándose con el marcado antagonismo de los liberales, que no permitirían a Varas como presidente, se busca un presidente que no generara resquemores en la oposición a Montt, y pertenenciera al partido Nacional, de amplia mayoría en el Congreso, por lo que se escoge a José Joaquín Pérez Mascayano como el nuevo presidente.
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