Rey Fernando VII


Rey Fernando VII

(1784-1833) (Rey de España entre marzo de 1814 y septiembre de 1833)

Fernando VII (1784-1833), último monarca representante del absolutismo. Hijo de Carlos IV y de María Luisa de Parma. Durante el reinado de su padre, dirigió un partido cortesano de oposición al primer ministro Manuel Godoy.

Este partido aprovechó el descontento popular provocado por la entrada de las tropas francesas en España, y consiguió desencadenar una revuelta popular conocida como motín de Aranjuez (marzo de 1808), que provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV.

Fernando VII, junto a toda la familia real, fue atraído a Bayona por Napoleón Bonaparte, quien le forzó a renunciar a la Corona española en su favor. Napoleón nombró rey de España a su hermano José, quien reinó hasta 1814 con el nombre de José I.

Durante la guerra de la Independencia, el Consejo de Regencia, constituido en España para oponerse al gobierno de José I, reunió Cortes en Cádiz (1810), las cuales declararon "único y legítimo rey de la nación española a don Fernando VII de Borbón", así como nula y sin efecto la cesión de la Corona a favor de Napoleón. Su ausencia de España durante estos años explica su sobrenombre de 'el Deseado'.

En 1814, acabada la guerra, Fernando VII regresó a España. En Valencia, un grupo de diputados, presidido por Mozo de Rosales, le presentó un documento, el denominado Manifiesto de los Persas, en el que le aconsejaban la restauración del sistema absolutista y la derogación de la Constitución elaborada en las Cortes de Cádiz (1812).

La primera etapa de su gobierno, de carácter absolutista (1814-1820), estuvo marcada por una depuración de afrancesados y liberales y por los intentos, fracasados la mayoría, de mejorar la situación económica y reformar la Hacienda. Del seno del Ejército partieron pronunciamientos liberales, como el de Rafael del Riego (1820), en Cabezas de San Juan (Sevilla), con las fuerzas que formaban el Ejército preparado para embarcar rumbo a América.

Tal pronunciamiento, seguido por otras guarniciones del país, obligó al rey a jurar la Constitución.

El Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823) fue la segunda etapa de su reinado. En ella, pese a la poco disimulada oposición del monarca, se continuó la obra reformista iniciada en 1810: abolición de los privilegios de clase, supresión de los señoríos, abolición de los mayorazgos, supresión de la Inquisición, preparación del Código Penal y recuperación de la vigencia de la Constitución de 1812. Desde 1822, toda esta política reformista tuvo su respuesta en una contrarrevolución surgida en la corte, la denominada Regencia de Urgell, con el apoyo de elementos campesinos y, en el exterior, con el de la Santa Alianza, que desde el corazón de Europa defendía los derechos de los monarcas absolutos. El Congreso de Verona (octubre-noviembre de 1822) decidió reclamar al gobierno de Madrid el restablecimiento de la plena autoridad del rey. En caso contrario, quedaba abierta la puerta a la intervención militar. El 7 de abril de 1823 entraron en España las tropas francesas mandadas por el general duque de Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que se sumaron tropas realistas españolas. Sin apenas oposición, el absolutismo

fue restaurado.

La última etapa del reinado de Fernando VII fue de nuevo absolutista. Se suprimió nuevamente la Constitución y se restablecieron todas las instituciones existentes en enero de 1820,

salvo la Inquisición. Fueron años de represión política. La situación general se veía afectada además por la pérdida de la inmensa mayoría de las colonias americanas, después de un proceso

conocido como de Emancipación latinoamericana.

Los años finales del reinado se centraron en la cuestión sucesoria. Desde 1713 estaba vigente la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. En 1789, las Cortes aprobaron una Pragmática Sanción que la derogaba, pero ésta no fue publicada hasta 1830, cuando el rey, en su cuarto matrimonio, con María Cristina de Borbón, esperaba un sucesor. Poco después, nació la princesa Isabel.

En la corte se formó entonces un grupo de 'realistas puros', que defendían la candidatura al trono del hermano del rey, don Carlos María Isidro de Borbón, y negaban la legalidad de la Pragmática publicada en 1830. En 1832, durante una grave enfermedad del rey, cortesanos carlistas convencieron al ministro Francisco Tadeo Calomarde, quien logró que Fernando VII firmara un Decreto derogatorio de la Pragmática, que dejaba otra vez en vigor la Ley Sálica (recuperando el Reglamento de 1713). Parece que este grupo estaba respaldado por los embajadores de Austria, Cerdeña y Nápoles. Además, las potencias de la Santa Alianza temían la

instauración de una España liberal, justo cuando la Revolución francesa de julio de 1830 había alterado el status político europeo.

Con la mejoría de salud del rey y la destitución de Calomarde, el gobierno dirigido por Francisco Cea Bermúdez puso de nuevo en vigor la Pragmática, con lo que, a la muerte del rey, el 29 de septiembre de 1833, quedaba como heredera su primogénita Isabel (Isabel II), cuyo reinado hubo de comenzar por resolver el conflicto que se transformó en la primera Guerra Carlista.

Rey nefasto para la historia de España. En su reinado se produce el desplome del Imperio Colonial español (finiquitado en 1824), del cual sólo se conservará Cuba y Puerto Rico hasta 1898; por otra parte, su intervención en la política, defendiendo las ideas del absolutismo, provocó la intervención de la Santa Alianza en 1823 que produjo uno de los periodos más bajos y desastrosos de la Historia de España, la Ominosa Década. Que el propio Fernando VII tuvo que acabar provocando la disputa dinástica que ensangrentó a la España del siglo XIX con las tres Guerras Carlistas...

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